En los pies caminos
por los que corrían ríos
que desembocaban en tu urgencia.
En las manos telarañas
de caricias imaginarias
buscando tu cuerpo como un mimo hambriento.
En la boca poemas
con tu dirección en el membrete
de los renglones del deseo.
Caminaba solo
y contigo y la inconsciencia de vuelta a casa,
cuando en un atisbo de luz,
descubrí que todo a mi alrededor era belleza,
y supe que al igual que yo
la tarde se moría por ti.
Recuerdos de un amor diluido en la niebla del tiempo
ResponderEliminarUn abrazo
Tardes de otro tiempo sí. Abrazos.
EliminarHay momentos en que todo se conjuga para traernos ciertos recuerdos que permanecen siempre en nuestro corazón.
ResponderEliminarUn placer volver a leerte Xan.
Un beso
Hay momentos en los que estamos con la gente que queremos, no con la que tenemos delante. Besos Carmela.
EliminarPor Dios, qué bonito y enamorado poema. Es que el amor nos saca alas, y versos, y en la tarde más todavía.
ResponderEliminarUn abrazo
Había que aparcar la tristeza un rato. Gracias Albada. Un abrazo.
EliminarHola Xan!
ResponderEliminarAy, esas maravillosas epifanías espontáneas que nos dan un empujoncito para seguir.
A veces buscamos fuera imposibles y reconforta saber que están aquí, dentro, en ese lugar que ya es suyo para siempre.
Me encanta leerte de nuevo, un placer.
Besitos!
Sin ellas todo sería más difícil, sin duda, gracias y besos.
EliminarTarde de recuerdos de amor. Saludos amigo.
ResponderEliminarTardes que valen la pena, gracias Sandra, abrazos.
EliminarEse final me ha arrancado un suspiro. Gracias.
ResponderEliminarBesos.
Me alegro mucho Laura, me encanta cómo escribes. Besos.
EliminarQué precioso... "Todo a mi alrededor era belleza"... y los dos últimos versos me han dejado muerta. Hay veces que el verso nace redondo, redondo y solo, je.
ResponderEliminarGracias, Xan. Es un disfrute leerte.🪁
Tan redondo que sale rodando. Gracias a ti por tu tiempo y tus letras. Abrazos.
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