Las flores se marchitan
lejos de los ojos del jarrón,
y los océanos
se pliegan sin remedio a las olas.
Se aproxima el huracán,
del que si sí
o que si no,
mientras suenan las sirenas.
-Que no te mate
de cariño el desencuentro-,
me dijo una noche
con luna de guadaña.
Al que si sí
o que si no,
solo por esta vez,
ponle más cabeza,
más cabeza que corazón.
o que si no,
solo por esta vez,
ponle más cabeza,
más cabeza que corazón.