SOSPECHO

 
Tiembla…
mi cabeza tiembla
como una llama azul a punto de apagarse
en un gélido futuro oscuro.
La inteligencia se esconde de la palabra,
el tiempo ha radicalizado su bipolaridad
y los virus han decidido multiplicarse exponencialmente.
 
Sospecho que se librará una guerra
tras otra y una más grande,
que el efecto invernadero secará todas las fuentes habidas,
que no volveré a ver caer la nieve
con la única tranquilidad de recrearme en verla caer.
 
Sospecho que a nuestro banco de madera,
en donde hemos sido tan felices,
lo ha colonizado la polilla
y que esta será el insecto vector de una carcoma
que lo reduzca a serrín enmohecido.
 
Sospecho una dura caída
como la de un meteoro destructor de especies destructoras
y un invierno de ceniza en pleno verano
que me alejará de ti para siempre
y entonces
me importará una mierda
el poder ver la jodida nieve cayendo.
 
 
Y creo que lo peor
es que sospecho
que detrás de este “tengo que decirte algo”
se esconde un duro sentir lapidario,
que ya no me quieres,
por eso aquí adentro
lo estoy sufriendo así
como si todo esto ya estuviese pasando.