No sé si recuerdas,
teníamos al menos siete años,
con el abrigo colgando desde la capucha,
podíamos volar como Superman,
así corríamos jugando a pillarnos,
los dos a la fuga de la maestra,
por el patio del colegio.
Te agarraba de la capa,
entonces la soltabas y huías de mí,
y yo con cara de estúpido,
con tu chaqueta en la mano,
casi siempre estaba lloviendo.
Se fueron veinte años
y diez más,
me tropezaste a la salida del trabajo,
tenías demasiada prisa,
un número, un teléfono, un te llamo,
una cita, una cena, un beso,
una noche de vinos por delante,
un - necesito ir al baño-.
Y no,
no volviste.
Allí estaba yo,
como tantas otras veces,
con cara de estúpido,
con tu chaqueta en la mano,
y creo que justo en ese momento,
estaba empezando a llover.
Hola Xan, como la de tu poema te tropecé y me alegro mucho. Me ha encantado. Me quedo por aquí, me apetece seguir emocionándome.
ResponderEliminarun saludo.
Muchas gracias, eres bienvenida, espero no defraudar demasiado.
ResponderEliminarUn abrazo.
qué vívido poema!!
ResponderEliminares fresco , es natural
me mató
hace tiempo que no leía algo así
felicitaciones
saludos desde Chile
No sabes la ilusión que me hace leer este comentario de gente que escribe tan bien. Muchas gracias.
EliminarTan bonito, que hace llover...
ResponderEliminarViste? Es sencillo hacerse ancla , aunque no te vean.
ya veo que es muy fácil, eso no quiere decir que siga siendo innecesario. Un abrazo y gracias.
EliminarEl último verso dispara el poema hacia la luna.
ResponderEliminarY la luna llora emocionada.
Bravo.
Saludos.
Demasiado valor para mi tímido verso, pero muchas gracias.
EliminarBonito relato el que llega con estos versos que nos dejas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Rafael, Un abrazo.
EliminarUn sentimiento a la fuga…huidizo y escurridizo…
ResponderEliminarMuy bonitos versos, Xan
Un placer y mil Bsoss!!
Huir de algo por miedo al fin cuando todavía no ha comenzado, gracias y besos.
EliminarComo subir a oscuras las escaleras hacia tu dormitorio, y pensar que hay un peldaño más; el pie cae, y hay un horrible instante de oscura sorpresa...
ResponderEliminarCon estos comentarios mi poemilla se queda a la altura del betún, gracias.
EliminarMuy lindo. Besos.
ResponderEliminarGracias, Un abrazo.
EliminarUna preciosa e intensa historia en un poema lleno de emoción.
ResponderEliminarMuchas gracias Luna, para emociones las que escribes tú, Un abrazo.
EliminarCara de estúpido JAMÁS!! Enorme,enorme,enorme!!!
ResponderEliminarGracias por el apoyo, Un abrazo.
EliminarPobre, bueno al menos te quedan las chaquetas ;)
ResponderEliminarYa en serio, como la lluvia refrescante, como esos momentos inolvidables, no decepcionas nunca Xan
Un abrazo
Las chaquetas para abrigarme en invierno, aunque me recuerden a ella, muchas gracias Poetisa.
EliminarY es que en verdad cómo pasa el tiempo, tan deprisa que uno ni se da cuenta.
ResponderEliminarUn beso.
El tiempo pasa y nosotros por él navegamos a veces sabiendo a dónde vamos, otras no. Un beso.
Eliminarcreia que tenías nueva entrada.
EliminarBeso.
Y es que en verdad cómo pasa el tiempo, tan deprisa que uno ni se da cuenta.
ResponderEliminarUn beso.
¿Por qué iba a irse dejándose la chaqueta? Yo creo que estaba cagada de miedo, por eso fue al baño, no es por nada.
ResponderEliminar¡Un beso amorcete!
Precisamente, un poco pretendía expresar que hay mucha gente que huye de situaciones que le resultan comprometidas, o a las que le cuesta enfrentarse o que le exigen un compromiso.
ResponderEliminar¡Otro beso enorme para ti!
Bonita forma de contar o paso do tempo, como as cousas cambian pero sempre nos recordarán a alguén.
ResponderEliminarGustaríame que te pasases polo meu blog, http://unacordemenor.blogspot.com.es/
Saúdos!
Recuerdos que quedarán incrustados en la memoria.
ResponderEliminarBesos, Xan.
Algo siempre permanece. Gracias Yayone.
EliminarAgradece que se haya ido, es deplorable compartir vida con una persona cobarde. Mereces que se la jueguen por ti.
ResponderEliminarUn beso.
El gosthing hace tiempo que lleva existiendo, gracias Ilduara por tu apoyo incondicional. Besos.
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