También te amo mientras duermes,
y escucho el portazo
de la excusa que deshizo nuestro nido,
y saboreo la melodía de tu aroma,
cada vez que se cierran
las puertas de un ascensor.
También te compro
mis regalos cada cumpleaños,
y tatúo una foto usada tuya de cada viaje
en el corcho de la habitación,
y juego a huir dejándote abandonada,
en una selva de luces fundidas.
También desalojo el momento
de ascuas que aún duelen,
y extravío el sentido de mi arraigo,
en pisos desangelados sin muebles.
También canta mi nombre tu auxilio
pero ya no lo escucha el futuro.
Es un placer leerte.
ResponderEliminarBesos.
Lo mismo digo, gracias.
EliminarDesahogar el momento, de cosas que duelen, desprenderse de lo que nos hace daño, y nos sangra.
ResponderEliminarMe encantó leerte.
Un beso.
Gracias!
EliminarGrande!!
ResponderEliminarLa ausencia...
ResponderEliminarComo haces que hasta el dolor sea placentero.GRANDE!!!!
ResponderEliminarEsto es como el eco de un recuerdo que olvidé
ResponderEliminarme ha encantado y me ha hecho pensar en el pasado...
Muy lindo!
Espero que fuera para bien.
Eliminar¿Y por qué no amueblas?
ResponderEliminarNoa
Lo pensé, pero siempre me tropiezo con ellos. Gracias.
EliminarComo es que aún no te tenía entre mis blogs favoritos? Estaba tan segura que sí! En fin, siento haberme perdido muchos trabajos tuyos! Iré leyéndote,porque me quedo por aquí!
ResponderEliminarPrecioso este poema!
Muchas gracias Lunaroja, a mi también me encantan tus letras!
ResponderEliminarBravo Xan Do Río! Perfecta combinación de la reciprocidad y el egoísmo, o así lo he entendido yo. Felicidades por esas palabras. Saludos.
ResponderEliminarSiii, muchas gracias.
EliminarQuien escribiera el peso de la ausencia como tú.
ResponderEliminarEl título y el poema son una maravilla.
Muchas gracias!!
EliminarPrecioso!!
ResponderEliminarGracias por leerme!
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