Por entonces
me alojaba en uno de sus cuadros,
mi vida era un tránsito
del verde al rojo,
sonaba el canto de los pájaros
y las estrellas salían a visitarme todas las noches.
Ahora me parece
que por entonces era feliz
pero sé que alguien me estaba mintiendo,
hasta la propia palabra mentira era mentira.
La luz dejó de iluminar el cuadro
y los colores se fueron apagando,
olvidé la chistera
en algún tren que intenté coger a la madurez,
justo antes de que sus ojos
volaran al observar otros ojos
asaltando luego sus labios a otros labios.
El cuadro con su autora cambió de domicilio,
y yo seguía colgado de aquella pared blanca,
hasta que la siguiente estación
quiso abrir el cielo
regalándome el azul
eléctrico y cálido en su acogida,
cuando pinté el mar y salí nadando de casa.
me alojaba en uno de sus cuadros,
mi vida era un tránsito
del verde al rojo,
sonaba el canto de los pájaros
y las estrellas salían a visitarme todas las noches.
Ahora me parece
que por entonces era feliz
pero sé que alguien me estaba mintiendo,
hasta la propia palabra mentira era mentira.
La luz dejó de iluminar el cuadro
y los colores se fueron apagando,
olvidé la chistera
en algún tren que intenté coger a la madurez,
justo antes de que sus ojos
volaran al observar otros ojos
asaltando luego sus labios a otros labios.
El cuadro con su autora cambió de domicilio,
y yo seguía colgado de aquella pared blanca,
hasta que la siguiente estación
quiso abrir el cielo
regalándome el azul
eléctrico y cálido en su acogida,
cuando pinté el mar y salí nadando de casa.
¡Bellísimo poema!
ResponderEliminarHa sido un placer visitarte.
Volveré.
Saludos.
Pues cuando quieras Maripaz, un placer. Gracias.
Eliminar¡Maravilloso! un poema escrito desde dentro, personalizando los objeto lo que no es fácil, felicidades!!
ResponderEliminarSalió así, desde dentro, gracias y un abrazo.
EliminarQue belleza de poema. Saludos amigo.
ResponderEliminarUn abrazo Sandra, gracias.
EliminarEs una preciosidad. Estar alojado en la pared permite tantas vidas como cuadros cuelguen. Pero ese blanco definitivo ha de ser gélido.
ResponderEliminarUn abrazo, y buen finde
Sí un blanco de soledad tremendo, aunque en el poema solo dura una estación. Feliz finde a ti también, gracias.
EliminarPrecioso e intimo. Un placer llegar a tu espacio y leerte , gracias por tu visita. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias a ti Hanna, feliz semana. Abrazo.
EliminarQué belleza Xan, inspirado, con tu toque tan personal...
ResponderEliminarMe encanta!
Tienes música.
Un abrazo.
La música, como siempre, la pones tú. Gracias por tus letras. Abrazo.
Eliminarbonita entrada
ResponderEliminarfeliz diciembre muchacho
Esperemos que sí, sino lo arreglará la poesía. Un abrazo y gracias.
EliminarY a partir de ahí, todos los colores del mundo.
ResponderEliminarQué original Xan, me ha gustado mucho
Besitos!
El arco iris de la vida, gracias y besos.
EliminarUn poema lleno de imágenes que dejan al lector
ResponderEliminaren una especie de corto
muy logrado tus versos Xan
un placer la visita.
Un abrazo.
Es verdad que parece un corto de imágenes, la conexión es complicada. Gracias y abrazo.
EliminarAnte el cataclismo del adiós el mar es una buena salida.
ResponderEliminarSaludos.
El mar lo tiene todo, el caso es encontrarlo. Gracias.
EliminarPues que bien supiste hacerlo. No siempre uno/a sabe salvarse a tiempo. Qué bonito ese mar y ese cielo que tú pintaste en la pared blanca. Me ha hecho recordar una cosa de mi infancia, cuando yo también pintaba las paredes de mi casa con montañas y pájaros para fugarme...
ResponderEliminarAbrazos. 🤗🌞