MI ESTRELLA DE LA GUARDA

A Irene

 

Es ella,
la que aparece,
como una mariposa
abriéndose camino entre el silencio,
para desaparecer
disolviéndose en el instante de un aliento.
 
Es ella,
la que cuando no dice nada
se vuelve estrella,
y sostiene las tardes,
fulgurando entre rubios destellos.
 
Es ella,
la que arranca la voz
de su corazón de abismo,
cuando huyen todas las sombras de los árboles,
y se disculpan las flores.
 
Es ella,
la que trae la paz pintada en su nombre,
la que atesora un cántaro de tiempo infinito,
y lo derrama
con atención en sus atenciones.
 

Es ella,
la que aunque el viento le ruja,
o la desfachatez amenace sin tregua,
hace de su paciencia una armadura
que la ignorancia nunca atraviesa.

Es ella,

mi estrella de la guarda.