Me enamoré
con la inocencia cándida
que había habitado en mí desde siempre.
Un AMOR hasta las estrellas
tan brutal como insensato
como una catedral,
hasta las trancas,
capaz de cualquier cosa
y tan indefenso como una
fractura abierta en un pierna
en medio del desierto de Danakil.
De lleno
me enamoré de lleno
a primera vista
un flechazo cargado de tinta fresca
derramada por páginas y páginas
de avidez por la pasión
delirantes
cautivadoras
profusas
incendiarias adictas inmisericordes.
Me enamoré
y desde entonces
solo tengo ojos para una,
es así mi amor por ti y
la lectura.
la lectura.
El amor más fiel.
ResponderEliminarSin duda, a menudo suele corresponder.
EliminarEse amor a la lectura no nos abandona. Para bien, es la compañera perfecta.
ResponderEliminarUn abrazo
Nos ata a las pasiones como si fueran reales. Un abrazo.
EliminarOh qué maravilla...es ella...y la lectura. O ambas fundidas en una, o pura luz o pura palabra.
ResponderEliminarPrecioso!
Un abrazo grande y feliz 2024!
Sí eso mismo, puede ser ella y la lectura o que salga ella de la propia lectura. Gracias por tus letras Luna y feliz 2024 también a ti!
EliminarPues no esperaba ese final para nada, me has sorprendido y me ha encantado.
ResponderEliminarBesos.
El amor nos acaba sorprendiendo a todos un día u otro. Gracias Laura. Un abrazo.
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