Me devastan las autovías,
con las cosas que sueño,
las vivencias que se me cruzan
a la carrera.
Cuando las hogueras se
dispersan,
y las palabras son mudas,
y no se piensan,
nos vienen sin remedio a la
cabeza.
Solo logro sentir,
cuando camino sin rumbo por
las aceras,
y sonrío sin motivos,
y lloro cuando me desborda,
el vacío que me provoca,
el redescubrir el destino.
Ya no tengo fe ciega,
en las personas inocentes que
me rodean,
ni miedo a desaparecer en
plena escena.
Pero confío en mi mismo,
en mi capacidad para lograr lo
distinto,
para entender los prólogos de
los libros.
No sé que será de mí,
de las fotografías que grabé
en las mentes ajenas,
por lo de pronto,
y siempre sin remite,
intentaré seguir escribiendo,
cuando al igual que yo a ti,
tú a mi,
al fin,
me necesites.
Sigue y escribe si tu lo necesitas es más q suficiente! !
ResponderEliminarY yo si necesito q lo hagas!!
Es una maravilla haberte descubierto!!!
Confiar en uno mismo es lo que más se necesita para lograr lo distinto... Tampoco sé que será de mí ni de mi imagen en los otros... pero pareciera ser que el camino siempre se marca sutilmente a cada paso que damos.
ResponderEliminarSigue escribiendo que no hay nada más lindo y terapeutico!
Saludos
¡Con estos comentarios habrá que seguir escribiendo! gracias.
ResponderEliminarTener fe en uno mismo es mucho, aunque el mundo se derrumbe y sobrevivamos con fotografías del pasado en la mente. Es importante no perder la memoria de lo que fuimos para saber el lugar en el que estamos.
ResponderEliminarUn beso.
No perder la memoria de lo que fuimos, es lo más importante para no convertirse en otra persona que muy probablemente no quieras ser. Gracis Ildu, un beso de vuelta.
Eliminar