Siento que nada me
apetece,
ni reír, ni llorar, ni
soñar,
ni bajarme de un coche
en marcha.
Siento, que todo lo que
hago nace muerto,
siento que no siento
como quiero,
siento que no me
comprendo,
y siento que no puedo
volver a empezar,
y siento que solo me
rodean malos y malos recuerdos.
Siento que llegará la
fuerza,
demasiado tarde,
como para que valga la
pena.
Siento que tengo el
alma rota y descarriada,
y siento que por mucho
que grite ¡sálvame!,
me despertaré sereno
por la mañana,
sin ropa, y en una isla
abandonada.
Siento desprenderse el
ánimo,
resbalar la ilusión
entre mis dedos de arcilla mojada,
siento manifestarse la
incapacidad para soportarme,
siento como voy
desapareciendo del presente de las personas,
siento la irrelevancia
que supone todo esto en la eternidad del tiempo.
Siento descender mi ego
sin lastre,
y que todo lo que tengo
se va desvaneciendo.
Siento como alimento mi
propio desprecio,
siento que extravié el
rumbo de mi timón,
siento que cada intento
de mejora es un intento menos.
Y siento que cuando me
vaya arrastraré a mi nada conmigo,
y siento que la ahogaré
en el vacío piélago del mar del olvido.
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