04 octubre 2018

LA VIEJA MUCHACHA FOTÓGRAFA BRASILEÑA

Exhalaba aquel candor especial
de su amado Brasil.
Vivía detrás de una réflex,
que firmaba los cuadros
más tristes del barrio.
Era capaz de leer
en todas las miradas,
de arrancar algo de cariño
del corazón más inhumano,
de desprenderse de ese aire
viciado y cargado de rutina,
que para el resto de la gente
resultaba indispensable respirar.
Había gravado
cada imagen que inmortalizaba
en su denso océano de memoria,
y las describía
sin olvidar detalle alguno,
por eso hablar con ella,
era como emprender un viaje,
que siempre terminaba en aventura.
Pero cada foto que hacía
congelaba un instante de su tiempo,
y mientras ella envejecía joven,
el mundo se le iba escapando,
se le iba haciendo más cansado y vetusto.

6 comentarios:

  1. Qué bonito has versado ese tiempo que, a veces, se nos escurre de entre las manos, mientras nuestra mirada se entrega, casi en su totalidad, a una sola dirección… aun cuando esta sea apasionante...

    Precioso, querido Xan.

    Un abrazo, y feliz tarde.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es uno de mis miedos, que pase el tiempo sin sentirme parte de él. Gracias y abrazos

      Eliminar
  2. vieja muchacha suena poco amable
    el tiempo y la nostalgia conjugan juntos el poema

    abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya sí que suena poco amable, pero no sé sé ocurría nada mejor. Gracias por tu tiempo. Abrazos

      Eliminar
  3. Ese tiempo que a veces se nos escurre entre los dedos...
    Hermosa manera de describirlo Xan.

    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Carmela, pensamos en el tiempo que se nos escurre, sin advertir muchas veces, lo que ha dejado atrás. Un abrazo.

      Eliminar

Gracias por tus letras y tus espacios, tus comas y tus puntos, tus signos, tus clicks... tu atención.