23 diciembre 2015

EL LLANTO


Lloraba,
cerrando el puño con rabia,
-¡no estoy de acuerdo!-,
como siempre,
nadie me secundaba.

Lloraba,
porque no me lo quería creer,
ni tampoco me lo creería,
me habían mentido impunemente,
ahora entiendo que por eso lloraba.

La primera vez
que observaba el mundo,
y ya lloraba.

3 comentarios:

  1. Anónimo11:47 p. m.

    Y yo lloro,de felicidad,por haberte descubierto.Sigue así,muchísima suerte!!!

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  2. Nacemos llorando, vivimos igual, e incluso hay quién muere en las mismas.
    Como ya bien mencionas tú, ''la primera vez que observaba el mundo ya lloraba''. Ahí creo yo que está el quid de la cuestión. No sé, presentimientos... que el mundo no es un lugar agradable, tal vez.

    Me gustó. Me quedo.
    Un fuerte abrazo.

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  3. Muchas gracias, otro abrazo para ti.

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