26 noviembre 2015

CUANDO VENGAS A SANTIAGO


Subiremos el Pedroso,
verás la Catedral boca abajo,
lloverá y correremos mojándonos,
como púberes adolescentes calle abajo,
te enseñaré cafés, garitos, 
tabernas con sus comités de sabios,
creerás que hablamos cantando,
y que es el destino y no el azar,
el que a esta punta de país te trajo.

Aunque esta criba absurda, norteña,
llámese miedo, llámese timidez,
solo me dejará exteriorizar, 
una mueca similar a una sonrisa,
nos sentiremos igual
que si saltásemos de alegría.

Al denso frío nocturno,
lo aplacarán las farolas,
cual centinelas titilantes, 
esparciendo en reflejos
su bohemio candor amarillo.

Y a la pena de tu vuelta,
la dispersaremos bailando,
hasta el próximo tren,
bailando hasta el próximo autobús,
bailando hasta el próximo vuelo,
y para cuando te des cuenta,
puede que hayan pasado años,
recordarás que fue aquí en Santiago,
de donde dicen que siempre está nublado,
donde viste el cielo más bonito y claro.

6 comentarios:

  1. Así a cualquiera le dan ganas de tomar maletas y emprender el viaje.
    Muy bonito!

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  2. Con este poema dan más ganas de subir al norte! Increíble una vez más, un abrazo enorme

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  3. Qué ganas de viajar de repente, me entretendré por tus versos una vez más.
    Grande
    un beso

    www.humanfilters.blogspot.com

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  4. Anónimo4:04 p. m.

    Picheleiro,que bello!!!!

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  5. ¡Hermoso! Me has recordado muchas cosas de mi reciente viaje a tu preciosa ciudad. El acento me encanta. Como dices, es muy musical.

    Besotes!!

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    Respuestas
    1. Muchas gracias, es un honor que venga gente a visitarla y se quede tan contenta de su estancia. Un saludo y volved las veces que haga falta.

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Gracias por tus letras y tus espacios, tus comas y tus puntos, tus signos, tus clicks... tu atención.