23 febrero 2015

RO MINA


Se marchó la chispa de mis musas,
la mina Romina de Argentina,
que voy a hacer yo,
con un cojo corazón a la deriva.
               
Se fue a surfear tan lejos,
que no la adivino en el horizonte,
se fue a vender quimeras,
a otro pobre santo sin nombre.

Me dejó los tuétanos vacíos,
la sangre agelatinada,
¡ como voy a llorar !,
si he gastado todas mis lágrimas.

Solo me queda la huella de sus palabras,
y las mías, en líneas alternas,
tiritando de miedo en la pantalla,
porque a sus cálidos ojos extrañan.

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