05 septiembre 2013

ESPERANZA


Bajaba para siempre el telón,
o eso quería creer yo,
al término de “ La Gata ingrata”,
tu mejor papel en aquellas doce semanas.

Pero no te culpo,
siempre es difícil tratar
con gente de la peor calaña.

Yo, en cambio,
había aparcado ciertas buenas costumbres,
como la de deshacer, en la primera cita, la cama.

Fue el desajuste de horarios,
con tu férrea intransigencia,
lo que fue mermando nuestro cariño a precario.

Ya solo faltaba
una dolorosa e insostenible mirada,
aliñada con dos secas palabras,
y, en efecto, te fuiste antes de que el sol,
despuntara sobre el alba.

Por eso,
ahora lo intento, pero no comprendo,
que hacen tiritando tus maletas,
en el frío rellano de mi puerta,
¿acaso has terminado la primera guerra insatisfecha?
¿ O no te quedan más combatientes sin repetir,
en el planeta tierra ?

O puede,
que yo sea un insensato,
que lleves tiempo y tiempo pensando,
que no hay nadie que te trate,
como yo te he tratado,
e, incluso, puede,
que cuando te quedes a solas,
suspires lentamente y te entre el miedo,
al descubrir,
que me estás echando de menos.

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