Cariacontecido me he quedado desde
ayer,
crecen las alas de este hastío
y no sé como resolver,
ni como tomarle la medida a este pingüe
retrato,
cuando pongo el mundo en movimiento,
al acoger tu boca desnuda,
pero me hospedo en él.
Caen luego con tus besos mis
razonamientos,
y se van a bailar un reggaeton,
al calor insomne de las brasas del
infierno,
entonces me rescata de mi lecho,
un olor a caribe desdentado,
con una vívida brisa del otro lado del
océano,
no se apagó su rebeldía, al menos
todavía,
pero vive mejor que antes del relevo,
ese algo que ya nadie recuerda,
sí podrá acontecer, otra vez, de
nuevo.
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