16 septiembre 2011

Pasó el viento

Pasaron,

hojas secas, nieve, viento,

y viento y camisetas,

tú no querías quererme,

yo solo hacía promesas.

Y siguieron pasando,

setas, frío, agua y desiertos,

desiertos encerrados en botellas.


Tú no me llamabas,

yo solo esperaba a que te fueras.

Y ya se había ido todo,

hasta el uno del otro,

cuando aquellos cuatro tristes ojos,

no pudieron evitar que se desmembrara

nuestro jarrón roto.


Después todo fue intrascendencia,

morar de lugares,

habitantes que habitan espacios,

letanías amarradas a puerto,

luces ahogadas en la nevera.


Pero la causalidad fue la casualidad,

tropezamos con la distancia,

nos escupió una pista,

luego un mensaje, una tentantiva, un par de llamadas,

y un emocionante encuentro.


Ya daba igual la apariencia,

tú seguías siendo aquella niña buena,

yo volví a ser un adolescente primerizo,

se me cayó un te he echado de menos,

y tú asentiste con lágrimas en el alma.


Lástima que nos distanciasen de un beso,

3 hijos y un marido modelo,

lástima que ya fuésemos casi ancianos,

aunque nada nos impidió abrazarnos,

fue tan tierno, que alguna noche, mientras duermes,

yo con treinta años menos, vuelvo,

te rescato de la realidad,

y abrazados, nos damos un paseo por el cielo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tus letras y tus espacios, tus comas y tus puntos, tus signos, tus clicks... tu atención.